Hamik es el nombre que voy a darle a mi amigo, no es el verdadero, pero vive en el Sáhara Occidental, la zona ocupada por los marroquís y es mejor no correr riesgos innecesarios.
Porque aunque este no es un blog dedicado al Sáhara hay que tener mucha prudéncia.
Hamik vive en una ciudad costera y tiene un buen trabajo, tuvo la oportunidad de estudiar una carrera y vive mejor que la mayoría de los subditos de Mohamed que como todos sabemos en cuanto tienen oportunidad se vienen para Europa. Pero le falta la libertad para decir que su nacionalidad es la saharaui, para moverse de un lado a otro sin ser vigilado, para recibir en su casa amigos extranjeros, para salir de su país a España a la que le encantaría conocer, en definitiva para hacer cualquier cosa que nosotros consideramos normal porque vivimos en un país democrático.
Hace tres años que nos conocimos a través de Internet, fue por casualidad ya que mi marido estuvo en la legión en el Sáhara y había mandado unas fotos junto con su correo electrónico a un foro de antiguos legionarios.
Recibió algunos mensajes entre ellos el de Hamik; En él decía que le habían gustado mucho las fotos porque reconocía algunos lugares en los que había estado siendo niño y que ahora estaban destruídos .
Explicaba que él había nacido el año 1971 cuando aún su país era una colonia española y que todavía conservaba la documentación que le acreditaba como ciudadano español . Su padre había sido militar y trabajaba con las fuerzas españolas destacadas en el Sáhara y tenía mucho respeto y afecto a los que habían sido compañeros suyos. Comenzaron mi marido y él a hablar por el Messenger y se cayeron bien desde el principio
Un día estaba yo en el ordenador y pensando que era mi marido me saludó, yo le dije que mi marido no estaba que yo era Carmen su mujer y nos pusimos a hablar.
Hamik lo poco que sabía de español lo había aprendido de su padre y de su hermano mayor, ya que desde la invasión marroquí se han visto obligados a hablar y estudiar en francés o en árabe, pero nos fuimos entendiendo y me pidió que le corrigiera lo que escribía mal, me dijo:
-Tu vas a ser mi “mestra”, y yo le contesté que lo haría con mucho gusto.
Desde entonces empezamos a conversar nosotros también. Con mi marido habla de sus recuerdos y conmigo de cosas más cotidianas.
A pesar de ser musulmán tiene una mente muy abierta y hablamos de religión, de política, de la forma de vida en Europa, y de las costumbres diferentes que tenemos ellos y nosotros, no hay ningún tema que no hayamos tocado siempre con respeto por ambas partes.
El año pasado se casó con Hadiya una mujer guapísima y les hubiese gustado venir a conocernos, pero tanto la embajada marroquí como la española les pusieron un motón de trabas que hicieron imposible su viaje.
Hace unos meses me mandó un paquete con regalos: unos cojines de piel de cabra, una melfha para mí (Vestido tradicional de las mujeres saharauis) y un Fokia para mi marido (Vestido tradicional de los hombres saharauis). Lo envió a través de un sobrino que iba a Canarias y él nos lo mandó por correo.
Nosotros le mandamos hace dos meses un paquete, pues estaban esperando un bebé y queríamos mandarle ropa como regalo. También les mandamos a ellos algunos regalos. Lo mandamos por correo certificado, sin saber a ciencia cierta si llegaría, aunque él me había dado la dirección de su trabajo que es un lugar oficial.
El paquete llegó después de quince días, él ya sabía lo que le mandaba porque se lo había dicho por el messenger, pero lo habían abierto en la Aduana y faltaban algunas cosas que eran para Hadiya.
Supongo que a algún funcionario le gustarían y se las regalaría a su mujer. En una Monarquía dictatorial de todos es sabido que hay mucha corrupción.
Hace un mes nació su niña Mounay, es preciosa con el cabello moreno y un poquito rizado.
Siento mucho no poder poner fotos de ellos porque son una família muy guapa, pero no quiero exponerlos a que se lleven un mal trago. En su lugar pondré una mía y de mi marido con los vestidos que nos regalaron.
Un abrazo.
Carmen
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